Hace tiempo, se iniciaba una entrada con “esto se mueve menos que el que hace de esqueleto en Bones”. Pues eso. Que ya, hasta el esqueleto tiene más marcha...  Lo último que apareció fué el anuncio de la fiesta de la Vega (allá por Junio), fiesta que será recordada por la calidad del programa musical (“soy una taza, una tetera, la cacerola, la ollasprés”... en otros tiempos se hubiera dicho “que se trata de un acto de barbarie incalificable que condenamos con nuestra más enérgica repulsa”). Bueno, pues a pesar de todo, aquí seguimos. Hemos pasado el verano con cierta dignidad, el otoño ya va en buenas (con alguna seta en la cesta), y nos aproximamos a la últimas oportunidades del año de demostrar que los barriles de cerveza tienen la mala costumbre de acabarse demasiado pronto: este año, Navidad cae bastante bien (lunes y martes), de manera que lindamente podemos disponer de un largo fin de semana que hay que aprovechar. Que nadie se lo piense dos veces, la mejor manera de pasar esas fiestas es en el pueblo. Y, como preparación a eso, y para poder tener, un año más, la tradicional NOCHEBUENA que ilumine el solsticio de invierno, el “puente para el que pueda” de la Constitución, tenemos la no menos tradicional recogida de la leña. Este año será el día 8, sábado, a partir de la una de la tarde y, si la autoridad lo permite y el tiempo no lo impide, podremos disfrutar del correspondiente almuerzo campero (unas brasas, unos kilos de panceta, unas hogazas y varias botas de vino). Vamos, como para no decidirse. Pues eso, dicho queda.