Bueno, pues como es habitual, con un cierto retraso (pero ya están colgadas algunas fotillos de los eventos en la sección FOTODOSOS), crónica de lo último hecho (o de lo más relevante, mayormente), y avance de lo que vendrá...
Terminó el verano, pero aún con ganas de pasarlo bien, estrenamos el otoño con una remojada visita al Alto Tajo (que ahí debajo de la niebla andaba...) Que parece que está ahí al lado, pero hay una tiradita, oigan... el caso es que pasamos un día entretenido, a pesar de la lluvia que nos acompañó todo lo que quiso y más; tuvimos la oportunidad de medio perdernos (si es que todos los restaurantes se llaman igual... "Alto Tajo”, “El Tajo”, aunque esten cada uno en una punta...) y tuvimos la oportunidad, también, de comprobar como unas mismas sopas de ajo, todas presuntamente del mismo puchero, pueden ser tan diferentes (exóticas, quizá... como cualquier ginebra que no sea “Lirios”). Desde luego que la comarca merece una excursión más reposada, y a ser posible, procurando perderse por el monte, a pie o en bici. Incluso, para los más osados, en piragua por el río, que con buena temperatura debe de ser toda una experiencia.
Volveremos.
Y luego estuvo la fiesta de “Halloween”, que como ya hemos dicho en alguna ocasión, no es tan americana como parece, y que se celebraba, como más “castiza” noche de difuntos, poniendo calabazas iluminadas por las calles (por aquello de espantar a los espíritus). Lo cierto es que hoy es una especie de carnaval de otoño, un tanto necrófilo y con más guasa que espanto... No estuvo mal, pardiez, además de que el pueblo acogió a una numerosa cuadrilla de amigos de Ana Eva, que creo que no lo pasaron precisamente mal (tal vez el lunes...). Los espíritus no sé si se espantaron o se apuntaron a la fiesta... cuando veais las fotos, me decís.
Puede ser una experiencia a repetir, y ahora que los otoños no son como los de “antes de la guerra”, con afluencia masiva y turnos para pequeños, por la tarde, y menos pequeños, por la noche (que digo que no tengo muy claro si estos dos son así de simepre, o es que el "alcarreño" los ha dejado así...)
Tenemos también el tema de las setas. Que levante la mano quien no haya cogido, o visto, al menos, alguna. Es verdad que no hay demasiadas, pero para una tortillita, de sobra. Además, que lo importante de verdad es el paseo. Insistiremos, que seguramente quedan.
Y ya, casi encima de la Navidad. Como todos los años, ESTAIS TODOS CONVOCADOS a la recogida de leña para la “Nochebuena”, aprovechando el puente (que este año toca sábado, domingo y lunes).
Como todos los años, nos subiremos al monte por la mañana, no muy pronto, llenaremos un remolque o dos y, “entre col y col” (o entre tamarusco y hatillo de chaparra), bien podremos hacer un almuerzo campestre, a base de queso, chorizo y vino. O lo que caiga. Por cierto, si alguien tiene una bota en buen uso, que se la traiga, que el vino, en el campo, está mejor a chorro que en vaso. A unas malas, el almuerzo puede ser merienda, o cena. Y como son “tres” días, también puede dar tiempo para buscar alguna seta (de cardo, rebozuelo, pie azul...), algún níscalo e incluso, quien sabe, algún boletus.
Pues esto es lo que ha habido; queda poco ya para terminar el año (y sigo animando a todo el mundo a pasar la nochebuena en el pueblo). A ver que tal se nos da.