La Fiesta,

No es eso de “si no lo digo, reviento”, porque realmente no es que me apetezca demasiado. Pero lo cierto es que de alguna manera hay que calificar las fiestas de este año...

Parece que nos va gustando el esperpento. Primero fueron las pasadas por agua; luego las escasas de hielo... pintorescas.

Este año pintaba todo bien. Pero, las cosas no siempre son como uno se espera, o como se supone que deben de ser.

No ha sido elegante. No ha sido lógico. No ha sido honesto. Y desde luego, no ha sido agradable. Las cosas no se deben hacer, hoy por hoy y mucho menos en una comunidad como la nuestra, "por decreto"; las cosas no pueden hacerse por simpatías ni, desde luego, por el “aquí estoy yo”.

La fiesta.

¿Qué recordaremos?

Que la música fue mala.

Pero, aunque no fueran precisamente buenos los del viernes, no merecieron tocar para un auditorio de cuatro gatos desperdigados. No fue una buena idea, al margen de su motivación real, lo de que estuvieran en la plaza. Los viernes se ha hecho siempre el “guateque” en el patio de las escuelas, en plan familiar. Y así debería de haber sido. Por comodidad nuestra y por brindar un poco de calor a los músicos.

Los del sábado... no acompañó la temperatura ni el viento, que metía en la “pista” el humo del grupo electrógeno... Pero aunque hubiera acompañado, eran un... ¿pelín cutres?

Al menos el escenario no amenazaba con la catástrofe.

Y el vermú del domingo... vuelta a ese magnífico y soleado entorno que es el frontón. Mejor no comentar.

Al menos, habrán salido bien de precio...

También recordaremos el absurdo espectáculo de la hostelería. Seamos serios. O unos u otros. Pero todos a la vez, de ninguna manera. Y mucho menos en las condiciones que se desarrolló todo.

¡Vaya, ahora caigo! ¡Lo de la ubicación de la música no fue casual!

Por último con tanto follón... no sé cómo habrá ido la recaudación de las aportaciones populares. Pero creo que bien, lo que se dice bien, no pintaba; la lista quedó tristemente vacía: tres aportaciones testimoniales y despistadas... todo un éxito.

Quizá (ójala) todo haya sido por un exceso de buena voluntad mal gestionada.

Quizá todo haya sido la culminación de algo que se inició hace más de un año (y esto no sería, en absoluto, bueno).

Quizá haya razones ocultas que se nos escapen...

Quizá no, seguro: no han sido las mejores Fiestas de la Virgen de la Vega en muchos años.

Balance final, pues bueno, mal no se pasó. Procuramos divertirnos, y en buena medida lo conseguimos. Podía haberse pasado peor, pero hubo buen juicio, a pesar de todo. Y con buen humor, qué remedio, se pasan hasta los peores tragos.
Al final, cada cual habrá sacado sus propias conclusiones.

Desde aquí no nos corresponde otra cosa que expresar lo que sentimos. No podemos hacer otra cosa. Y desde aquí, esperamos que situaciones como la vivida sean sólo un recuerdo turbio del que, con el tiempo, sólo perdure lo menos borroso.

También esperamos que se aprenda de los errores.

Desde aquí sólo se puede opinar. Y esperar que nuestra modesta opinión pueda servir de algo. Lo pasado ya no tiene remedio, pero si en lo sucesivo puede evitarse caer en lo mismo, pues sería bonito. Es más, sería inteligente.

El año que viene, más. Ya veremos, entre tanto, si es verdad aquello de que se puede aprender de los errores.

En fin... ya sabéis lo que digo siempre. Opiniones, comentarios...al correo. A ver si esta vez os animáis. Y, como siempre también, crónica gráfica de la fiesta (de momento solo tengo UNA foto, y con eso, poco se puede hacer...)

Feliz verano. Aprovechad las vacaciones. Y no os olvidéis de que el quince de agosto tenemos una cita con el “carnaval”.

Sed buenos. Si podéis...